
Eloy Rubio
12/04/2015
"La ruina transmite modelos frente al mundo contemporáneo que ha optado por la demolición y la construcción constante"
La última exposición inaugurada en Cerezales del Condado enlaza con un discurso que la Fundación empezó a trabar en torno a la idea de 'ruina' ya en la muestra titulada: 'Declaración de ruina'.
Esa línea de trabajo requiere a juicio de la Fundación Cerezales, continuación y ahondamiento. Astorgaredacción entrevista a Bruno Marcos, el comisario de la nueva propuesta expositiva: 'Arqueologías del futuro'. En ella se propone indagar el futuro en los despojos del presente. Eso 'todavía no sido' tal vez tenga su ser en el futuro; es por ello que el despojo no apunta a un tiempo pasado, sino al tiempo que vendrá.
Me gustaría que seleccionara una pieza de cada uno de los artistas de esta exposición y que nos contara cuál es su importancia, que nos proporcionara una clave para traducir la lengua que ya llega a nuestros oídos.
Tanto Matta-Clark como Robert Smithson son autores plenamente instaurados en la Historia del Arte y, por lo tanto, no se trata de descubrirlos ni de interpretarlos y, mucho menos, de abordarlos desde un planteamiento hemenéutico, ni historiográfico. No es ésta una exposición de artistas, ni siquiera plenamente de arte, ni de arte contemporáneo, sino una exposición de ideas con el gran aliciente de que algunas de ellas han tenido la suerte de materializarse aunque, luego, hayan desaparecido dejando solo películas, restos cinemáticos que han sido seminales.
Una de las principales virtudes de las obras de Matta-Clark, a mi modo de ver, es que llevaba a cabo lo que en muchos otros casos fueron solo proyectos conceptuales, es el 'hombre de acción' de todo ese mundo que ya alboreaba en el surrealismo, dadaísmo, etc. Es muy distinto hacer un dibujo imaginando que cortas un edificio por la mitad que ver a un hombre que se cuelga de una viga y, sierra en mano, lo ejecuta. Esa propulsión a lo real es lo que le ha convertido en uno de los artistas preferidos para las generaciones posteriores pertenecientes a todos los estilos.
De Matta-Clark debo quedarme sin embargo con la obra que no pudo hacer porque murió al poco de idearla, la que quedó en los dibujos que se muestran en la exposición 'Gancho celeste. Estudio para un edificio globo', no porque sea la mejor sino porque es la que encaja con la tesis, es su resto arqueológico que podemos retomar, que podríamos construir, no por fetichismo ni por sus cualidades estéticas sino como ejemplo de que la creatividad es la que funda el futuro, la que lo siembra. Es una obra latente como la de Smithson, 'La isla flotante para viajar alrededor de la isla de Manhattan', un dibujo que Smithson hizo en 1970 y que se realizó en 2005 de manera póstuma y que se puede ver en un documental en la muestra.
Esas dos serían las piezas claves de la muestra, cosa que parecerá extraña habida cuenta de que se exhiben las famosas 'Spiral Jetty' de Smithson o 'Splitting' de Matta-Clark, pero la estructura de 'Arqueologías del futuro' se basa más profundamente en esas dos.
La tesis de esta exposición proviene de lo que dice Augé sobre que el presente no generará ruinas, sino escombros y que estos serán la cantera del futuro. Habría que explicar esto; pero la pregunta necesaria es por la desconocida raíz común entre esa afirmación y las obras de los artistas seleccionados para defender esa tesis.
¿No le parece en exceso forzada su afirmación de que la pieza de la 'Isla' ejemplifique que el detritus pueda ser suelo de futuro, pueda construir el futuro? ¿No cree que las palabras a menudo son traicioneras y acuchillan aquello que quieren decir?, pues ¿en qué medida un proyecto no realizado es un escombro, y en qué medida ese proyecto para una isla flotante de Manhattan es eso que llamamos futuro?
Efectivamente cualquier afirmación de este tipo ha de parecer forzada en tanto que todo lo de la exposición es de riesgo. Ni Augé, ni Matta, ni Smithson hubieran hecho obras seminales, obras que cogemos desde el futuro y nos sirven, si no hubieran llevado al límite su teorías, si no hubieran forzado los materiales con los que trabajaban.
Los dibujos son restos, son lo que no se llevó a cabo, lo que aquel presente dejó a un lado. Smithson realizó la 'Spiral Jetty' pero no 'La isla flotante', este último proyecto lo toman las gentes del futuro y lo llevan a la realidad y lo que plantea no sólo es válido sino que nos parece que proviene del futuro. En la conferencia inaugural puse el ejemplo de que si tomamos un dibujo de Murillo y ponemos los medios para llevarlo a cabo, para realizar la pintura de la que fuera boceto, la obra resultante sería algo del pasado, los valores estéticos, sociales, morales, filosóficos que pondría ante nuestros ojos no nos servirían en el presente y mucho menos en el futuro.
Augé establece un origen arquitectónico a esa fundamentación que yo llevo en la entrevista que se puede ver en la exposición al planteamiento que Albert Speer, el arquitecto de Hitler, ideó pensando como lo hacía el Fürher. Speer le presentó los proyectos arquitectónicos del Tercer Reich no como se verían recién construidos sino como ruinas después de mil años. A Hitler le encantó esa metodología para fabricar el futuro, pensar cómo serían las ruinas de su gran proyecto, magníficas, a su modo de ver, transmitirían huellas y valores de un mundo excelso.
En realidad es el mundo clásico, Grecia, Roma, el Tercer Reich. La ruina transmite modelos frente al mundo contemporáneo que ha optado por la demolición y la construcción constante. En un primer momento Augé, en 'El tiempo en ruinas', en el punto álgido del capitalismo avanzado añora las ruinas que contempla en sus viajes de etnógrafo por países en vías de desarrollo. Ve los valores buenos que tenían estas, sobre todo, para entender el tiempo, el tiempo puro, ante el avance de un presente continuo, de un futuro obligado a comparecer en el presente, de ahí su teoría de los 'no lugares' como espacios negativos, espacios que se despojan de la identidad y que van colonizando todo para producir un mundo lleno de tránsito y carente de significados, un espacio para ser consumido.
En su libro 'Futuro' han pasado los atentados de las torres gemelas y la crisis. Los primeros ejemplifican, con un acelerador histórico, aquella teoría suya de los escombros, y la segunda la necesidad de refundar la idea de futuro que ha de llevarse a cabo con materiales de esa cantera donde los modelos han desaparecido. Él propone superar las ideologías y mirar a la ciencia que es la única que ha producido un avance cierto y usar su metodología, mirar al pasado, tomar cosas de él, cuestionarlo también y elaborar hipótesis constantemente.
Por otra parte, se dice muy felizmente que en el escombro puede estar la semilla de la salvación, ¿la salvación de qué o de quién? De la iluminación en el paseo de Smithson -que le lleva a visionar la inversión de esas ruinas que no provienen de la demolición ni de la erosión, sino de una suspensión-, surge su "desacreditada idea del tiempo", "de que el futuro está perdido en alguna parte de los basureros del pasado no histórico, en los diarios de ayer,…en el espejo falso de nuestros sueños descartados". Salir al paso de un romanticismo con otro lleva a lo que los lógicos denominan una petición de principio, y además, ¿no cree que si esos edificios hubieran llegado a término o si en algún momento ese término llegara el dibujo que haríamos de ese futuro no sería también arruinado y ruinoso?
El término salvación quizá tiene demasiadas connotaciones, aunque efectivamente Joseph Beuys, otro gran artista de esa época hablase de que todo hombre debe ser un artista para salvarse. Precisamente Darío Corbeira, cuando habló de Matta en la presentación, rehuyó esa asociación que yo le proponía, relacionar la teoría de Beuys de arte como 'escultura social' y Matta. Él la rechazaba en términos de origen, ya que la tradición alemana y la americana de uno y otro eran radicalmente diferentes, sin embargo yo creo que proviniendo de orígenes distintos caminan a un mismo fin, es decir, que se juntan en el futuro, en el proyecto de un arte expandido que contribuye, no a estetizar la vida ni a 'artistizarla' siquiera, sino a volverla creativa. Beuys no quiere decir que todo hombre ha de ser un artista 'genio' sino que todo hombre debe ser creativo para que su vida cobre intensidad y sentido. Yo entiendo a lo que se refería Corbeira, a que Beuys se vuelve ritual en sus performances, incluso chamánico, pero no hay que olvidar que fue el pionero de los ecologistas y de la democracia directa y, aunque sus presentaciones nos resulten hoy extrañas y pintorescas, es quizá el único que ha podido plantear un sistema de ideas mínimamente sólido al conjunto del arte en la contemporaneidad.
En cuanto al paseo de Smithson por Passaic creo que tiene el valor de poner en la mirada lo que nunca ha estado. Él no hace un recorrido romántico, explícitamente dice que son 'ruinas al revés' lo que va contemplando.
Las califica de "antirrománticas", no se conmueve más de la cuenta sino que ironiza y ve los despojos de iniciativas materiales, de construcciones técnicas. No son las ruinas de un palacio, ni de un templo, son las ruinas abortadas de un futuro que ya no vendrá. Es un tema que habíamos abordado en el proyecto anterior 'Declaración de ruina' con el arquitecto Fernández Galiano. Esas construcciones de urbanizaciones, palacios de congresos o centros comerciales que se quedan a medio hacer y que proliferan de forma inquietante, efectivamente son 'ruinas al revés' que forman parte de modelos fallidos y que se mantendrán en pie o pasarán a la escombrera o serán cantera o fuente para pillaje, en definitiva ruinas de un futuro que ya no vendrá y que Smithson ya había percibido en su paseo por Passaic. Lo que nosotros plateamos es que tal vez en esa escombrera, en ese Passaic haya algo que se pueda aprovechar.
No hablamos de salvación sino de unos cuantos ejemplos desde los campos en los que nosotros trabajamos, el arte, la estética, el pensamiento o la literatura, de cómo la creatividad puede dar nuevos enfoques y métodos distintos para abordar una situación colapsada en la que la noción de futuro estaba borrada.
Si de connotaciones habláramos, el término creación es un término supraconnotado. Creación desde la nada (inconcebible para un griego, de ahí ese tiempo del retorno) o desde la 'nonada', desde aquello que no ha llegado a ser del todo, pero que tiene 'virtus' de ser, una abstracción que perpetúa su posibilidad. Todo esto parece dimanado de una 'Teología Negativa': se llega al ser por una inversión de lo que no es; no es esto, no es esto otro. Entonces el ser se produce por un despojamiento de todas las negatividades, un sí absoluto, una vía abierta hacía ese (des)conocimiento que (no) se alcanzaría nunca. Por otra parte la indicación: ¡Sé creativo! se me hace similar a aquella otra de: ¡sé espontáneo!, una paradoja que contradice aquello que quiere proponer. Se parecen la espontaneidad y la creatividad, no en lo que son, sino en la paradoja, que en el caso de la espontaneidad se produce cuando alguien te ordena : ¡sé espontáneo! La paradoja de la creatividad se produce cuando no se hace en libertad. Si es uno de los nuevos imperativos, aunque sea hipotético de la modernidad tardía o de la líquida o reflexiva, etc.
Creo que no hay tales paradojas, al menos en un nivel relevante, nadie habla de imperativos, ni Beuys, ni yo…, sino de ejemplos frente a momentos estériles, unos tipos que se las ingenian para crear a partir de la ruina urbana o el desierto. La paradoja que plantea usted sobre estas propuestas de creatividad sería del estilo de una achacable a la constitución de un estado que pretendiendo la libertad del ciudadano no le permite ser esclavo…'le obliga a ser libre'.
Quizás en 'Pierre Menard autor del Quijote' podría usted dar con la clave para hacer que aquel Murillo fuera una obra del presente.
Borges es importante para Smithson a quien hoy en día podríamos calificar como un pensador 'pop' que mezcla la literatura de Nabokov o Borges con la ciencia y las películas de ciencia ficción. En un momento de la 'Spiral Jetty' se puede ver cómo rompe en pedazos el mapa del territorio al que se dirige y luego arroja los trozos sobre él volando en el aire. Es el mismo tema que plantea Borges en el relato de los constructores de mapas que llegan a dibujar uno tan grande como el territorio que representa y que acaba abandonado, sobre él, como una ruina.
Está hablando de lo real y su representación, algo nada nuevo en la historia del arte o la literatura, pero cuyo traslado al desierto sobrecoge.
El Quijote de Menard no es el Quijote escrito de nuevo literalmente sino el relato de alguien que decide escribir algunos capítulos de nuevo exactamente. Aparte de que Cervantes no es Murillo. El Quijote se salva porque no pone en valor los temas desfasados de las novelas de caballerías sino que los muele y pone otros que aún nos valen. El Murillo, de inmaculadas y bellos niños mendigos y felices, sería novelas de caballería. El ejemplo que puse no es gratuito, la recuperación del pasado como recreación tan propia de la novela histórica que padecemos está en las antípodas de estas arqueologías del futuro y, precisamente, Borges pone en crisis las relaciones entre tiempo y ficción.
Por lo que atañe al arte contemporáneo, el profesor y artista Darío Corbeira señaló en su conferencia inaugural que hay que tener en cuenta dos posibilidades. El arte como idea, en el que es más importante la idea que su materialización y por otra parte el factor espacio-tiempo ¿Quiere decir esto que el arte actual viene circunscrito a un tiempo y a un espacio de realización, ya sin aquella pretensión atemporal de la obra acabada?
Yo creo que se refiere a que hay una tradicional separación entre el arte de formas y el de ideas. Es obvio que todo gran arte ha buscado un equilibrio entre ambas, más que un equilibrio una unión perfecta. Por lo tanto el arte conceptual que se volvió también demasiado tautológico, demasiado autorreferencial y demasiado abstracto conducía a un callejón sin salida tan estéril como el formalismo. A la aseveración de Joseph Kosuth de 'el arte como idea como idea ', solo cabe contestar que para eso ya está el mundo de las ideas. Corbeira quiso resaltar que frente a todos los proyectos que no se realizarán nunca, conceptuales, utópicos, está Matta-Clark que ejecutaba lo que pensaba y eso ha producido una energía valiosísima.
Por otro lado es evidente que el arte actual depende mucho más de los contextos y que la idea de clasicismo lleva tiempo en crisis severa.
De Matta Clarck señaló que los puntos que nuclean su actividad eran: la vida cotidiana, la arquitectura, la política, el tiempo, y el espacio, y que esta variada actividad se sintetiza en la palabra activista. ¿Sirve esta antigua consigna de 'changer la vue' como clave interpretativa de la exposición que podremos ver en Cerezales?
Sí, Darío establece ese pentágono que me parece muy acertado para completar la visión de Matta y eliminar cualquier vértice puede amputar parte de su legado. No hay que perder de vista el contexto de su existencia. Él pertenece a una familia plenamente artística, su padre, el pintor chileno surrealista, Roberto Matta. Su círculo de amistades, entre los que se encuentra nada más ni nada menos que Marcel Duchamp, su padrino. Vive en el Nueva York de los años 70, recién pasado el 68, una ciudad con profundas crisis de todo tipo y al mismo tiempo efervescente. Trabaja en un momento histórico con un buen repertorio de cosas pendientes, políticas, sociales, de derechos civiles, de género, urbanísticas y artísticas. Él y Robert Smithson vivieron su presente con total intensidad y con la certidumbre de que construían también otro futuro, con la certidumbre de que otro futuro es posible.
(En Contexto Global)