Me extrañó que esta vez no nos despidiera asegurando que en breve cerraría como hacía siempre y va y cierra. Nunca encontraremos un lugar mejor, un montón de cosas viejas y libros que no te dejaba comprar y una conversación de aquí a Lima que si dejabas de ir dos meses después continuaba en el mismo punto. Ahora que los secretos de los traperos del tiempo saltan al periódico ocupando planas todo lo que parecía un sueño de polvo y palabras se desvanece...
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